Plaza Mayor

 

La Plaza Mayor o sencillamente «la plaza» como todo el mundo la conoce y como además está registrada en el libro de matrícula parroquial del año 1768, fue llamada de la Constitución en 1871, de la República en 1873, nuevamente de la Constitución hasta 1932 en que volvió a llamarse de la República, y por fin, plaza Nacional desde 1936 hasta 1983, fecha en la que se bautizó con el actual nombre.

De traza trapezoidal irregular, y una superficie aproximada de 2.260 metros cuadrados, no se construyó como tal, sino que se llegó a ella a través de un procedimiento constructivo que la fue configurando como está ahora. De ello son testigos los diferentes estilos que se han ido imprimiendo en sus portadas y balcones.

En la fachada norte tiene unos soportales con columnas de granito, desiguales, balcones corridos y una gran portada de acceso al que fuera en otros tiempos Mesón Grande de la Plaza, el mismo mesón que conoció Fernando de Rojas y el que perpetuó en «La Celestina».

En la fachada oeste se encuentra el edificio del Ayuntamiento, formando ángulo con el edificio del antiguo mesón. A la entrada de la casa consistorial, a uno y otro lado, hay sendas lápidas dedicadas, una a Fernando de Rojas, y otra, al protomédico de Felipe II, Francisco Hernández.

La fachada sur está ocupada en su totalidad por el palacio de los Duques de Osuna y condes de La Puebla de Montalbán.

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Paz ocupa la fachada oeste y está unida al palacio por un corredor, sustentado por dos hermosos arcos.

Pavimentada con tipología castellana de cantos rodados y losas de granito en 1982, es una de las mejores plazas de la provincia, en la que se conservan edificios típicos del siglo XV y XVI.

Se accede a la misma por dos calles, un túnel y dos arcos de bella factura pertenecientes al palacio.

El 20 de marzo de 2007 (DOCM nº 71 de 4 de abril) se aprobó la declaración de la Plaza Mayor como bien de interés cultural, con la categoría de conjunto histórico.