Torre de San Miguel

 

Es el Monumento más representativo de La Puebla, símbolo de la villa de enorme esbeltez y monumentalidad.

Fue construida en el punto más alto del casco urbano por el maestro Cristóbal Ortiz, que comenzó su obra de sillería y ladrillo hacia el año 1575.

Parece que el motivo principal para la construcción de la torre fue el de disponer de un buen campanario que estuviese al servicio de la iglesia anexa y que permitiese oír las campanas a mucha distancia.

La planta es cuadrada de cuatro cuerpos sobrepuestos, con tejado a cuatro aguas. Sobre un basamento de piedra sillar asienta el primer cuerpo, que es de mampostería, ladrillo y sillería, con sillares de esquina almohadillados.

En la fachada oeste hay un esbelto arco de medio punto, hoy ciego, también de almohadillada sillería, bajo el cual se dejó una mezquina puerta de ingreso sin carácter alguno. Los tres siguientes cuerpos son de ladrillo. Las fachadas del segundo y del tercero muestran sendos cuerpecillos arquitectónicos compuestos de pilastras y frontón, y los del cuarto, sendos arcos semicirculares El primero de mampostería y ladrillo con sillares almohadillados en esquina.

La altura de la torre, desde la base hasta el vértice de la cubierta es de 32 metros. El cuadrilátero de la base tiene 7,60 metros de lado y el espesor de los muros es decreciente: desde los 1,50 metros del primer cuerpo hasta los 1,16 metros del tercero y último.

De estilo mudéjar renaciente, es la torre que tuvo la iglesia de San Miguel, hundida en el siglo XVIII. Desde el 2 de marzo de 1993 (DOCM nº 223 de 31 de marzo) está declarada como Bien de Interés Cultural por el Gobierno Regional de Castilla-La Mancha.